Una sorpresa bien elegante y, al decir de su original autor, algo «viejuna». Esos son los atributos que El Comidista suele adjudicar a algunos de sus platos favoritos y esos adjetivos me divierten especialmente, por lo que suelo seguir sus comentarios amén de disfrutar de sus recetas.

En las grandes reuniones familiares Cosé suele preparar una variedad de esta receta que incorpora setas y se cuece en el horno, con los solomillos enteros. La versión que tienes aquí es aún más sencilla y rápida de hacer y los ingredientes son de los que sueles tener por casa, no hay que irse muy lejos para conseguir esta delicia en menos de lo que canta un gallo. O casi. Es un éxito seguro, no tiene pérdida en su elaboración y la única pega que se le puede poner es que dura poco porque todo el mundo quiere repetir cuando aparece en la mesa.

Ingredientes

Para unas 4-6 raciones

• Dos solomillos de cerdo (800 g)
• 50-75 g de pasas de corinto
• 30g de nueces peladas
• 200cc de nata líquida
• 100cc (una copita) de Oporto
• 1 pastilla de caldo de carne (yo solo tenía de pollo)
• Mantequilla (para dorar los solomillos)
• Sal y pimienta

Preparación

1. Disolver la pastilla de caldo en 300cc de agua (un vaso grande) hirviendo y ponerlo al fuego vivo hasta que se reduzca a la mitad.
2. Cortar los solomillos en medallones no muy finos, salpimentarlos y dorarlos en una sartén con la mantequilla a fuego fuerte, uno o dos minutos por cada lado. Retirarlos y sacar de la sartén.
   

   Dorando los medallones

3. Mojar la sartén con el caldo reducido y rascar el fondo para desglasarla. Añadir la nata, el oporto, las pasas y las nueces.
   

   Incorporando la nata

4. Dejarlo a fuego suave hasta que la salsa reduzca a la mitad y rectificar de sal. Si te pasas y se corta, añade un poco de agua y remueve bien hasta que vuelva a ligar.
5. Servir los solomillos con la salsa por encima. Se puede acompañar de patatas cocidas salteadas a fuego vivo con aceite o mantequilla.
6. Listo.