Hay en Volos, una ciudad al este de Grecia, una calle repleta de tabernas con sus sillas de enea y mesas con manteles de papel donde sirven chípuro (en griego, tsipouro o Τσίπουρο). Este aguardiente pariente del ouzo pero menos elaborado se sirve en vasos medianos siempre acompañado de un plato de la casa, al modo tapa andaluza pero a lo grande. No hay que pedir la comida, el tabernero se encarga de traer los platos que considera oportunos con cada vaso de aguardiente.
Los primeros chípuros van de la mano de entrantes ligeros de verduras; la segunda ronda empieza a ser más interesante con pescados a la brasa o en conserva casera. La tercera ronda se acompaña de sabrosos guisos de carne o pescados asados y dicen que con el quinto chípuro aparecen auténticas exquisiteces.
Para qué decirte que me quedé en los entrantes (madre mía, cómo pueden beber semejante fuego como si nada) pero disfruté de los segundos y terceros que trajeron para mis amigos. Y me quedé prendada de esta sencillísima ensalada que no duró nada cuando la preparé ya en casa: ligera, sabrosa y sutil como jamás imaginé pudieran dar de sí unas patatas.
Y palabra que no hay que emborracharse para disfrutarla.
Ingredientes
- Cinco patatas grandes (mejor la variedad monalisa)
- 1 calabacín pequeño
- 2 cebolletas grandes o una cebolla fresca mediana
- Medio manojo de perejil fresco
- 1 cucharada sopera de alcaparras
- jugo de limón, sal y aceite de oliva para aderezar
Preparación
- Hervir al vapor las patatas y el calabacín sazonados previamente con sal. En la olla a presión tradicional son 14 minutos exactos.
- Dejar enfriar y pelar las patatas, dejando el calabacín entero para adornar al final.
- Picar las cebollas muy finas, reservando los tallos verdes para el adorno.
- Cortar las patatas en cuadradillos pequeños (no importa que se deshagan un poco) y combinarlos con la cebolleta picada en un bol grande.
- Añadir el perejil bien picado y las alcaparras y revolver.
- Aderezar con la sal (si fuera necesario), el jugo de limón y el aceite de oliva virgen extra al gusto.
- Disponer en un plato con el calabacín troceado y los tallos de las cebolletas cortados en aros por encima y regar nuevamente con un hilo de aceite.
- Servir o guardar, porque se asienta con el paso del tiempo y gana en contundencia:
Ana, parece muy delicioso y veraniego. Eso es! Un plato para que, cuando lo comas, te devuelva el verano… Y también decirte que es una delicia este blog, donde no sólo compartes recetas atractivas, sino que también nos invita a movernos del sillón y salir a respirar mundo! Gracias.
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Me alegra muchísimo que lo disfrutes y que te lleve de vuelta al verano o a otros lugares insospechados. Un besazo,Sara.
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