Esta ensalada es un plato muy versátil: sienta bien en invierno y en verano. Puede hacer las veces de entrante o de plato único si aumentas la cantidad y la sirves con un buen pan o con algún aperitivo consistente;  se presta a cenas de amigos o a comidas campestres y no requiere cocción, así que puedes hacerla cuando te quedes sin combustible. No contiene gluten, es mediterránea por los cuatro costados y se hace en un santiamén: ¡no se le puede pedir más!

         Como siempre, la calidad de los ingredientes decide el resultado. Si eres capaz de remojar y cocer en su punto unas buenas alubias, te saldrá de lujo. Si eres como el común de los mortales que sufre cuando se le despellejan en la olla las judías, puedes utilizar alubias de frasco sin tener ningún remordimiento. Añádele tomates sabrosos  y bonito en aceite casero para obtener  una ensalada de gourmet. Si la presentas en la mesa envuelta en hojas de lechuga fresca, puedes incluirla en una cena elegante. Y si queda algo, al día siguiente puedes compartirla con tus compañeros de trabajo, en fiambrera o en canapés sobre pan tostado, si no hay mucha cantidad.

Ingredientes (4 raciones)

• 200 g de alubias blancas puestas en remojo y cocidas con laurel, ya frías. O un frasco de alubias en conserva, que es mucho más práctico.
• 2 huevos cocidos
• 2 tomates
• 100g de bonito en aceite
• sal y pimienta
• vinagre de vino blanco
• aceite de oliva virgen extra para aderezar

Preparación

1. Lavar bien las alubias bajo el grifo, escurrir y verter en un bol grande.
2. Picar los tomates en trozos menudos y añadirlos a las alubias.
3. Pelar y picar los huevos cocidos e incorporarlos a la ensalada.
4. Incorporar el bonito toscamente desmenuzados.
5. Hacer una vinagreta con la sal, la pimienta, el vinagre y el aceite, batiendo con un tenedor para emulsionar.
6. Verter sobre la ensalada y revolver con cuidado de no romper las alubias.
7. Presentar sobre hojas de lechugas variadas.