Aún quedan algunas recetas ligeras para aquellos que sueñan con una alimentación sana y un cuerpo imposible. La de hoy es una sorpresa hallada en el libro de Niki Segnit (lleno de tesoros, como el fondo del mar) y puesta en marcha recientemente.
Con la base del cotidiano pollo, unos pimientos rojos (amarillos o anaranjados también valen, verdes no) y sin nada, nada, nada de grasas añadidas, sale este platazo sensacional que ya lo quisieran para sí muchos príncipes.
Como por arte de magia, los pimientos se van asando, desprendiendo cálidos aromas por la casa, y las piezas de pollo se van dorando por igual. Apenas requiere atención el guiso: cuidando los diez primeros minutos de que no se agarre el contenido al fondo de la cazuela, todo lo demás es dejarlo cocer en su propio jugo durante media hora. Ni más ni menos.
Luego no hay más remedio que acompañarlo de arroz, o cuscús, o un pan bueno para empaparlo con la suculenta salsa. Algún pecado hay que cometer, ¿no?
Ingredientes
- 8 muslos de pollo (mejor con sus huesos y su piel)
- 6 pimientos rojos o anaranjados o amarillos
- sal y pimienta
Preparación
- Quitar las semillas de los pimientos y trocearlos.
- Poner al fuego una cazuela tradicional que no sea antiadherente y colocar dentro los pimientos troceados. Sí, sí, tal cual, sin aceite ni nada.
- Tras darles unas vueltas durante un par de minutos, añadir los muslos de pollo salpimentados.
- Mezclar y vigilar que no se queme lo que está al fondo, dando vueltas con una cuchara de madera de vez en cuando.
- A los diez minutos, cuando el pollo comience a dorarse, tapar la cazuela y reducir el calor a un fuego medio.
- Diez minutos después, tras dar alguna vuelta al guiso, bajar el fuego al mínimo durante otros diez minutos.
- Retirar del calor.
- ¡Hale hop!: Ya está listo su pollo con pimientos.
Esta tarde ya han sido comprados los pimientos y el pollito… Mañana cae seguro!
Me gustaMe gusta
No te lo vas a creer…¡y sin nada de grasa! Ya me contarás, con imagen incluida, por favor…
Me gustaMe gusta