Pero sin barbacoa. Es decir, en tu horno casero. Tiernas, glaseadas y jugosas como no las encontrarás en ningún restaurante a la moda. Acompañadas de una ensalada verde son el entrante perfecto para una comida festiva. O el plato principal si asas unas cuantas más y preparas un aperitivo variado.
No he probado las auténticas americanas, así que no puedo asegurar que se parezcan a las originales. En lugar de melaza, como tenía la receta original de Robert Carrier, he puesto miel. El resultado es suculento. No olvides comerlas con las manos y, si quieres mostrarte elegante, coloca un cuenquito con agua y rodajita flotante de limón para que cada comensal se enjuague las manos y desaparezcan las tentaciones de chuparse los dedos en la mesa.
Ingredientes
- 2 kg de costillas de cerdo (para unas 6 personas)
- 1 diente de ajo grande
- 6 cucharadas soperas de miel o melaza
- 1 cucharada sopera de tomate triturado
- 1 cucharadita de mostaza americana o suave
- 1 cucharada sopera de vinagre de manzana
- una pizca de hierbas para barbacoa (orégano, tomillo, salvia)
- una pizca de cayena o guindilla seca
- sal y pimienta negra recién molida
Preparación
- Calienta el horno a 190 ºC. Corta las costillas en piezas individuales.
- En el mortero maja el ajo con un poco de sal y agrega la miel, el tomate, la mostaza, el vinagre, las hierbas, guindilla y la pimienta. Remueve hasta que forme una salsa ligada. Sazona de nuevo, no tiene que quedar dulce.
- Coloca las costillas en una sola capa dentro de una bandeja grande de horno y píntalas con la salsa.
- Hornea durante media hora.
- Con unas pinzas, dale la vuelta a las costillas y píntalas por el otro lado con las salsa restante.
- Asa durante unos 45-50 minutos más, regando de vez en cuando las costillas con el jugo que desprenden.
- Servir con ensalada verde.
- Se pueden hornear una hora y terminar de hornear más tarde, si te viene mejor para organizar la comida. También se pueden conservar en el horno templado un rato hasta la hora de comerlas.
- ¡Buen provecho!