Hasta aquí llegan mis arriesgadas innovaciones culinarias: una ensalada atrevida y esnob que reúne varios sabores complementarios: ahumados, picantes, agrios y dulces. Todo un lujo. Refrescante, saciante e inusual, no apta para paladares inmaduros. Y mejora con unas horas de reposo, así que puedes cenar lo que te haya sobrado al mediodía con más deleite.
Esta receta surgió de La enciclopedia de los sabores, un delicioso libro de Niki Segnit que recibí por mi cumpleaños. En su aliento a la creatividad del cocinero, la autora propone una combinación de los diferentes grupos de sabores para que el cocinero pueda jugar y descubrir platos como esta ensalada. Encontré unos berros fresquísimos y compré salmón ahumado para acompañarlos. Y en el libro descubrí que la remolacha, sí, la remolacha, combinaba bien con los ahumados. Así que me lancé a la mezcla y claro, no podía faltar la neutralización del yogur y bañé con tzatziki todos los ingredientes.
Decirte que este plato no admite términos medios: crea tantos amores como odios. Prepárate para descolocar al personal.
Ingredientes
- 150g de lomo de salmón ahumado en tiras
- 1 remolacha cocida (puede ser envasada, pero no en vinagre)
- 25g (una cucharada sopera colmada) de cebolla picada muy fina
- 2 manojos de berros muy frescos
- unas cuantas alcaparras
- 150 g de salsa de yogur y pepino (tzatziki)
- un chorrito de aceite de oliva virgen extra para rematar el plato
Qué buena pinta tiene tu creación! Hay que probarla lo antes posible!
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