Inevitablemente asocio este sorbete al lujo. Pero no al desenfreno. Fue el broche de un menú que rebosaba mariscos en cada plato y nada hubo más exquisito que este final semifrío, semidulce, profundo, ligero y arrebatador que devolvía al cuerpo los bríos necesarios para levantarse de la mesa y empezar una noche de película.
No es lo que te imaginas. Aquella cena en el Gran Hotel de la Toja en Galicia, donde me habían invitado mis tíos cumpliendo su generosa costumbre familiar de compartir la fiesta del marisco anual con un sobrino, acabó a las puertas del casino. Maderas nobles, tapetes verdes y mesas de juego parecían extraídos de una película, pero eran auténticos. Ningún casino que he visitado después ha conseguido igualar aquel ensueño.
El encantador maitre que hacía los conjuros de la queimada me trajo la receta del sorbete impresa en una tarjeta. La he repetido mil veces y nunca me ha quedado igual, así que me queda la duda de que estuviera camuflado algún ingrediente desconocido. Lo más parecido que he conseguido es lo que viene a continuación. Es tan fácil de hacer que puedes ir haciendo todas las pruebas que quieras. El resultado es siempre espectacular y no ha habido invitado que no se haya sorprendido deliciosamente de este combinado que me gusta servir como postre. Nada que ver con el sorbete de limón al cava, te lo aseguro.
Ingredientes
Para cuatro personas:
- Medio litro de helado de limón. El mejor que encuentres: los sorbetes que vienen en un vaso grande son a mi juicio los mejores.
- 4 cucharaditas de azúcar
- Jugo de 2 naranjas y 2 limones
- 4 cucharadas de nata líquida
- 100cc de vodka. En la receta original ponía «4 copitas de vodka», pero puedes imaginar la sopa alimonada de vodka que salía. Pero puedes probarlo…
Preparación
- En un bol mezclar todos los ingredientes y batir con unas varillas o con una batidora de brazo a velocidad media.
- ¡Y ya está!
- Servir en copas de champán al momento.