¿Te atreves a dejar la ensalada mixta por un día y a probar otros sabores? ¡Esta es tu receta!
Si ya le has dado demasiadas vueltas a la lechuga con atún y quieres conocer una textura crujiente, un sabor agridulce y picante, apuesta por esta ensalada de remolacha. Solamente el colorido que vas a tener ante ti ya anuncia algo vibrante e intenso. Súmale las texturas crujientes de la cebolleta y la remolacha y el fondo oscuro del perejil, bañado en una vinagreta clásica de aceite de oliva y vinagre de vino blanco. Un tesoro de otoño que a veces también podrás disfrutar en primavera.
Aunque parezca mentira, las hermosas hojas de la remolacha son comestibles. Si las cueces con el tubérculo y las rehogas con aceite, ajo y limón encontrarás un sabor semejante al de las espinacas, pero con el toque de la remolacha. Eso sí, ten cuidado con el jugo porque mancha intensamente y tus manos acabarán de color fucsia. Siempre pienso que es una pena no utilizarlo para pintar algo.
Ingredientes
- 500g de remolachas frescas con sus hojas o un par de remolachas cocidas envasadas al vacío (no es lo mismo, pero sirven)
- 1 cebolleta o cebolla dulce mediana
- 1 manojo de perejil fresco
- aceite de oliva, sal y vinagre de vino blanco para aderezar
Preparación
- Lavar las remolachas si son frescas y cocerlas en poca agua y bastante sal (recuerda que la remolacha es dulce) en una olla (presión tradicional durante 20 mn; superrápida 12 minutos, en cazuela una hora según el tamaño). Dejarlas enfriar y pelar. Reservar las hojas para hacer otra recetas si se quiere.
- Cortarlas en cuadraditos y verificar cómo están de sal. Disponer en un bol.
- Pelar y picar la cebolleta. Combinar con la remolacha.
- Lavar y picar el perejil y espolvorear por encima.
- Preparar una vinagreta con el aceite, vinagre y sal. Aderezar la ensalada.
- ¡Buen provecho!