Irresistible, infalible y delicioso, este pastel es de los que te guardas la receta en el bolsillo nada más probarlo para repetirlo a solas en tu casa en cuanto puedas. Ya me había comentado mi amiga Begoña, cuando me dio la receta inicial, que era muy sencillo y que gustaba a todo el mundo. El colmo fue probar el de mi cuñadísima Marga, que ahora le ha dado por la repostería.
Entre una y otra me tentaron y aquí tienes el resultado. Se hace con los ojos cerrados y no pide ninguna atención. Tiene magnífica presentación y mucho mejor asiento, porque no es en absoluto empalagoso y como no tiene base pesada pues permite tomar una porción doble después de una buena comilona. El postre ideal.
La receta original lleva una cobertura de mermelada de albaricoque que se calienta con un poco de agua para diluirla ligeramente. Para poner algún sello personal la he sustituido por jalea: de manzanas y de membrillos, que potencia aún más el agridulce de las manzanas. Pero todavía no he decidido cuál es la mejor.
Ingredientes
- Leche, azúcar y harina: 8 cucharadas soperas de cada.
- 2 huevos
- 100 g de mantequilla a temperatura ambiente y algo más para engrasar el molde
- 5-6 manzanas reineta
- Mermelada de albaricoque o jalea de membrillos o de manzana
- Zumo de limón para enjugar las manzanas partidas y que no se oxiden
- Opcional: pizca de canela y/o ralladura de limón
Preparación
- Se baten la leche, el azúcar, los huevos, la mantequilla y la harina. Añadir la canela o la ralladura, si se usan.
- Se pelan y cortan las manzanas en trocitos (apartando dos o tres que mojaremos con zumo de limón para que no se oxiden). Se mezclan con la masa.
- Se baña de mantequilla un molde.
- Añadir la masa mezclada con las manzanas.
- Decorar con el resto de manzanas que habíamos apartado.
- Horno medio (175ºC) aproximadamente durante una hora.
- Se deja enfriar y se barniza con mermelada de melocotón o albaricoque o con jalea.
- También se puede bañar con un almíbar espeso hecho con unas cinco cucharadas de azúcar y el zumo de un limón, dejándolo hervir hasta que espese (unos 5-8 minutos). Bañar con el almíbar o la mermelada la tarta una vez enfriado.
- Queda así de bien: