Donde vive mi hermana pequeña hay una pastelería famosa por sus croissants, a los que el dueño ha puesto su nombre. No habían faltado en ninguna reunión familiar hasta que Almudena decidió hacerlos por su cuenta. Incluso los cubrió con chocolate. Ahora ya solo queremos los que ella ha bautizado con su nombre:¡Almudenitos!
Bien es verdad que no le dimos mucho crédito cuando nos comentó que le habían salido más ricos que los del pueblo. Tampoco le creímos cuando contó que se hacían en un momento y que los ingredientes eran económicos, muy apropiados a los tiempos que corren. Así que nos rendimos ante la muestra que trajo el otro día para dar fe de su éxito y ya volé para tomar nota de la receta y hacerlos en ese mismísimo instante.
Me llevó aproximadamente media hora prepararlos y hornearlos. Habría que añadir el ratito que pasé en el hiper para comprar la masa de hojaldre y la mantequilla. Luego fue coser y cantar. Y disfrutar de un desayuno espectacular.
Ingredientes
- 1 lámina de masa de hojaldre redonda (marca blanca de hipermercado)
- 50g mantequilla
- 25g azúcar
Preparación
- Calienta el horno a 180ºC
- Desenrrolla la masa y córtala en 12 ó 16 porciones, según te gusten de grandes los bollitos.
- Derrite la mantequilla en un bol, bien en el microondas o bien en el mismo horno que estás calentando. Añádele el azúcar y bate hasta formar una salsa homogénea.
- Pinta con esta salsa la masa cortada.
- Enrolla las porciones partiendo de la base más ancha hasta el ángulo del final.
- Coloca en una bandeja previamente protegida con papel de horno u hoja de teflon.
- Barniza de nuevo las piezas con la salsa restante.
- Baja la temperatura del horno a 150ºC e introduce los almudenitos durante 20mn. Así se hinchan y no se queman.
- Sube la temperatura del horno a 180ºC y si tienes función de aire, actívala.
- A los 7 u 8 minutos, o cuando estén bien dorados, sácalos del horno y déjalos enfriar.
- Sírvelos tal cual o barnízalos con un poco de mermelada (de melocotón, albaricoque, manzana o naranja) para que brillen aún más.
- Prueba la muestra de tu éxito y deja alguno para que los demás te crean.
El problema es que no duran nada. Da igual los que hagas, desaparecen en un santiamén.
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¡Doy fe de ello!
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