La Semana Santa pierde su esencia si no hay Torrijas. Para mucha gente estas vacaciones de final de trimestre son sinónimo de procesiones o playa. En mi caso van parejas con el frío y la lluvia, con las películas de Moisés y con las Torrijas. Estas sencillas rebanadas de pan atrasado empapadas en leche se convirtieron muy pronto en la mejor de las tentaciones de la Semana Santa. Por encima de los huevos de Pascua.
Las hice en múltiples ocasiones y no estaban mal pero quedaban aún muy lejos de aquellas que hacía mi madre, reventando de crema por dentro y doradas de azúcar y canela por fuera. Mi hermana pequeña (sí, la creadora de los Almudenitos), consigue superar aquella delicia y cuando empieza la Semana Santa guardamos turno para paladear sus Torrijas. Son inigualables.
Así que esta vez decidí que no se quedara la receta en el tintero de la memoria, que es tan frágil y fui a su casa cámara en mano para fotografiar el paso a paso de las Torrijas. Esta es la receta básica; al final añado algunas sugerencias y variaciones que otros allegados me han ido contando por si quieres repetir.
Ingredientes
- Para unas 10-12 unidades:
- 1 barra de pan candeal tipo colón del día anterior. (Almudena desaconseja los llamados «panes para torrijas» que se comercializan actualmente por ser demasiado esponjosos y a menudo perfumados artificialmente y es frecuente que las torrijas se deshagan durante su elaboración)
- 2 litros de leche fresca entera
- 16 cucharadas soperas de azúcar
- 6-7 huevos
- aceite de oliva de 0’4 º para freir
- azúcar y canela en polvo para espolvorear, al gusto
Preparación
- Poner a hervir la leche con el azúcar.
- Cortar el pan en rebanadas gruesas y colocar en fuentes profundas.
- Verter la leche endulzada por encima y dejar empapar las rebanadas.
- Volver a remojar con el resto de leche sobre las torrijas que hayan absorbido todo el líquido. Darles la vuelta con cuidado para que se empapen bien por ambas caras.
- Calentar el aceite en una sartén amplia.
- Mientras tanto, batir 2 ó 3 huevos y rebozar en ellos las torrijas, una a una.
- Freír en el aceite caliente hasta que se doren por ambos lados.
- Llevarlas a una fuente de servir.
- Servir una vez frías o al menos tibias, con azúcar y canela, al gusto de cada cual.
- Variaciones:
- Hervir la leche junto con un palito de canela y la peladura de un limón.
- Añadir a la leche caliente un buen chorro de brandy o ron.
- Preparar un almíbar (la misma cantidad de agua que de azúcar al fuego hasta que adquiera el «punto de hebra» en el que al levantar la cuchara el líquido cae en un hilo) y bañar las torrijas con él.
- Preparar un almíbar con vino blanco en lugar de agua y hacer el baño con él.
- Lo que tu te inventes.
Jo …. Anita, todavia no las he hecho este año. De esta semana no pasa
Me gustaMe gusta
¡Hola Begoña! ¿Qué tal salieron esas torrijas?
Me gustaMe gusta