Ahora que los espárragos están en pleno apogeo y el clima hace de las suyas poniéndose totalmente primaveral, lluvia sí, lluvia no, viento sí, ahora nada de viento pero sí un calor sofocante, luego un frescor que te hace lamentar haber guardado las mantas y demás tal, en estos momentos, digo, esta ensalada va de perlas.
La primavera pasada nos la puso Pilar en una de sus magníficas cenas, y este año ha repetido el éxito, quedándome esta vez con la receta. Que es para simples, pero se te olvida si no la apuntas. Ella descubrió este plato en su restaurante preferido y vista la sencillez y el precio astronómico que le acompañaba en la carta, tardó nada y menos en incorporarla a ese recetario que tan generosamente comparte con los amigos.
Para garantizar el éxito necesitarás ingredientes de buena calidad, que esto es una ensalada y los elementos se presentan casi desnudos, así que si tienen defectos en seguida se les ven las vergüenzas. Estírate con un tomate bueno y con el aceite del aliño, que lo demás viene por sí solo.
Ingredientes
- Un manojo (unos 250g) de espárragos trigueros (verdes) muy frescos. Si pueden ser cogidos por tu propia mano en un campo primaveral sin contaminar…¡qué te voy a decir!
- 3-4 tomates en su punto de madurez
- 2 cucharadas de aceite de oliva para saltear los espárragos
- sal, pimienta, aceite de oliva virgen y vinagre de Módena para aderezar la ensalada
Preparación
- Retirar la parte dura de los espárragos y desecharla. Lavar y cortar en trozos de 2-3 cm.
- Saltearlos en una sartén con las dos cucharadas de aceite de oliva.
- Mientras tanto, lavar los tomates y trocearlos, disponiéndolos en la fuente donde servirás la ensalada.
- En un tarro, mezcla la sal, pimienta, aceite y vinagre. Tapa y agita bien. Reserva.
- Cuando los espárragos estén crujientes (no permitas que se arruguen), añádelos a la ensalada.
- Vierte por encima el aderezo del tarro y sirve enseguida.
- Para que saborees en su justa medida los gustos, texturas y temperaturas del plato, no dejes enfriarlo.