Últimamente se me desata la creatividad cuando me dispongo a hacer un bizcocho. A ello contribuye la ausencia de algún ingrediente, ausencia que detecto habitualmente cuando tengo la mitad de la mezcla en el vaso de la batidora y ya no hay vuelta atrás: o innovas o sufres la culpabilidad de desechar los preciados ingredientes de tu mezcla. Es increíble lo que uno es capaz de hacer con tal de no tirar un vaso de aceite y un par de huevos a la basura.
En mi afán de no tirar nada, como buena ama de casa que se precie, intento probar nuevos sabores con las alternativas que tengo a mano y mira, a veces suena la flauta y encuentro algún tesoro como el bizcocho de almendras o como este morenito bizcocho de café. Esta vez faltaba azúcar y ya estaba yo rebuscando entre los edulcorantes posibles, cuando di con el azúcar morena y pensé que valía pero que saldría el bizcocho oscuro. Color por color, asocié el tostadito con el café y… ¡ahora ya tengo otro vicio más que añadir a mi larga lista de adicciones!
No voy a quedármelas todas, dicen que es bueno compartir. Así que aquí te dejo la fórmula básica del bizcocho y ya me dirás si has conseguido vencer la tentación de no probar la mezcla antes de hornear. Porque el café y la vainilla juntos son irresistibles.
Ingredientes
- 1 yogurt natural (125 cc)
- 3 huevos grandes
- el envase del yogur lleno de aceite de girasol
- 2 envases llenos de azúcar morena
- 3 envases llenos de harina común
- 14g de polvo de hornear
- 1/2 cucharadita de extracto de vainilla (o las semillas ralladas de media vaina de vainilla natural)
- 2 cucharadas soperas de café instantáneo
Preparación
- Forrar un molde con papel de horno o bien engrasarlo con mantequilla y espolvorearlo después con un poco de harina.
- Calentar el horno a 180ºC.
- Poner en el vaso de la batidora el yogur, los huevos, el aceite y el azúcar y batir hasta que quede una crema uniforme.
- Añadir el café, la vainilla, el polvo de hornear y batir de nuevo. Añadir la harina y batir ligeramente, si hiciera falta, terminar de integrar la harina con una espátula.
- Verter la mezcla en el molde y hornear durante 35-40 minutos, según el horno.
- Dejar enfriar 10 minutos en el molde y después desmoldar para que termine de enfriarse.
- Puedes bañarlo con un glaseado hecho con azúcar en polvo y unas gotas de zumo de limón.
- O tomarlo tal cual, en su impresionante sencillez: