Hay veces que no me decido a poner recetas básicas porque doy por supuesto que todo el mundo sabe prepararlas. Y he descubierto que no siempre es así y que a menudo lo más sencillo es ignorado. Los champiñones rellenos son un ejemplo de ello. No sé muy bien de dónde surgió esta receta, pobrecita, es tan pequeña que no tiene ni origen. Pero aquí está, sencilla, rapidita y muy ligera.
El éxito radica en mantener la humedad natural de los champiñones, para lo cual deben ser frescos y grandes y su paso por el horno no debe dejarlos agostados. Quedarán tiernos y jugosos, atrapando el sabor de la carne y los aromas del aderezo.
Esta es una de esas cosas pequeñas que hacen grande un entrante o el acompañamiento de un segundo plato. ¿Te animas a probar?
Ingredientes
- 500g de champiñones grandes y limpios
- 50g de jamón serrano
- 50g de pan atrasado
- un ramillete de perejil fresco
- 1 diente de ajo
- aceite de oliva virgen extra
Preparación
- Cepillar bien los champiñones para retirarles la tierra que pudieran tener adherida. Arrancarles el pie y dejarlos un poco huecos para que quepa el relleno. Colocarlos invertidos en una bandeja de horno.
- Picar el jamón muy menudo.
- Rallar el pan junto con el ajo y el perejil. Si tienes picadora es más fácil, claro.
- Mezclar el jamón picado junto con el picadillo anterior y rellenar con ello los champiñones.
- Encender el grill del horno (calor superior) pero no al máximo.
- Regar ligeramente con un chorrito de aceite de oliva e introducir la bandeja en una posición media del horno, para que no se arrebaten los champiñones
.
- Gratinarlos hasta que estén dorados. Depende del horno, pero a veces con 10 ó 12 minutos es suficiente. Servir calientes o tibios, están igual de buenos.