No te imaginas lo fácil que es hacer queso fresco. Es más, igual te ha ocurrido como a mí, que lo hiciste espontáneamente alguna vez y tiraste por el desagüe el resultado creyendo que se te había cortado la leche. Es tan sencillo como añadir algún ácido como el limón o el vinagre a la leche caliente. Y retirar el suero. Y refrigerar. Y ya.
Hace meses tuve la suerte de recibir de mis queridísimos un pequeño bote con tapa y colador acompañado de un librillo de recetas para hacer queso fresco. Jamás pensé que me divertiría tanto : lo he hecho de leche de cabra, de vaca, entera, semidesnatada, desnatadísima…es un vicio la variedad. La única condición es que la leche tiene que estar pasteurizada, no vale la leche UHT o de larga duración porque le han homogeneizado la grasa y pasa lo mismo que si lo haces en Thermomix (que también fue mi caso): no se llega a cuajar y tienes que desechar el resultado.
Para mayor delicia, puedes aromatizar tu queso casero con vainilla, o añadirle un punto de sal, o mezclarlo con pasas, o añadirle ajo y hierbas picadas…como siempre, la imaginación es la que manda. No olvides que la duración del queso fresco no supera los tres días y que ha de conservarse en frigorífico.
Lo de hacer queso manchego y roquefort lo dejaremos para más adelante, así que no te empeñes en poner a secar tu queso en la despensa, que ya te veo las intenciones.
Ingredientes
- 1 litro de leche pasteurizada de vaca, cabra u oveja. Puede ser desnatada, sale también muy bueno y no tiene nada que ver con la gelatina industrial que se vende al uso.
- 30 cc (dos cucharadas soperas) de jugo de limón o 24cc (cucharada y media) de vinagre de vino blanco. También puedes probar con vinagre de Jerez o de Módena, yo todavía no lo he hecho.
Preparación
- Calentar la leche en un cazo al fuego o al microondas (potencia 800W) hasta que llegue casi a hervir (90ºC). Si quieres aromatizar tu queso o endulzarlo, es el momento de añadir el sabor elegido o la miel o el azúcar que desees.Si quieres añadir sal, tendrás que hacerlo después de incorporar el ácido, porque si no, no cuaja (misterios del queso).
- Añadir el ácido correspondiente, limón o vinagre, y remover con una espumadera.
- Dejar reposar 30 minutos a temperatura ambiente. Observarás que el suero ha quedado en la superficie.
- Pasado ese tiempo, colar el queso y darle forma con una cuchara para que tome el aspecto del colador.
- Dejar enfriar en la nevera al menos 1 hora, siempre tapado para que no tome olores de otros alimentos.
- Servir.
- ¡Ya te falta menos para ser pastor!
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